Cotuí, Sánchez Ramírez.– Lo que muchos pensaban que no ocurriría finalmente pasó. En medio de un ambiente cargado de tensión, cámaras encendidas y una multitud expectante, Amy Hidalgo, imputada por su presunta vinculación en la desaparición y posterior pérdida de la joven Yennely Duarte Hilario, irrumpió este lunes en la sede del palacio de justicia de Cotuí, dejando sin palabras a quienes aseguraban que no comparecería ante el tribunal.
Desde tempranas horas de la mañana, el perímetro del tribunal estaba rodeado de periodistas, curiosos y comunicadores que aguardaban con incertidumbre. La atmósfera era tensa, marcada por rumores que circulaban en redes sociales sobre una posible ausencia de la acusada. Sin embargo, cerca del mediodía, la expectativa explotó cuando Hidalgo llegó escoltada y bajo una fuerte mirada pública.
La escena fue casi cinematográfica: equipos de prensa corriendo para capturar el momento, cámaras transmitiendo en vivo y un público dividido entre indignación, sorpresa y expectativa. La presencia de Hidalgo provocó un efecto inmediato en el flujo informativo, convirtiéndose en el punto central de todas las transmisiones digitales.
Entre los comunicadores presentes se destacó Rebeca Enríquez, quien junto a otros reporteros narraba en tiempo real cada detalle del desarrollo previo a la audiencia. Se observó también el ingreso de jueces, fiscales, defensores públicos, agentes de seguridad y varios testigos citados, todos ocupando sus lugares en un proceso que ha mantenido a toda la provincia en vilo.
La audiencia, considerada una de las más importantes dentro del expediente, busca esclarecer puntos clave relacionados con los acontecimientos que rodearon las últimas horas de vida de Yennely Duarte Hilario, cuyo caso ha generado conmoción nacional. Las autoridades judiciales se mantienen herméticas respecto a decisiones preliminares, pero fuentes cercanas aseguran que la jornada podría definir medidas cruciales para las próximas etapas del proceso.
Mientras tanto, fuera del tribunal, decenas de ciudadanos expresaban indignación y exigían justicia. Algunos portaban pancartas con mensajes contundentes, mientras otros grababan con sus teléfonos para difundir cada instante en plataformas digitales, lo que alimentó aún más el debate público en redes.
La presencia inesperada de Amy Hidalgo ha reactivado por completo la conversación nacional sobre el caso, generando una oleada de reacciones que continúa creciendo. En las próximas horas, se espera que el tribunal ofrezca detalles oficiales sobre el curso de la audiencia y las decisiones que marcarán el futuro legal de la imputada.
El caso, que ha sacudido la tranquilidad de Cotuí y ha captado la atención de todo el país, sigue su curso mientras la sociedad dominicana observa, exige y espera respuestas claras y definitivas.
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